sábado, 30 de abril de 2011

El retrato de Dorian Gray

Pues ayer estuve viendo esta película, a la cual, he de reconocer, acudía con una mezcla entre grandes expectativas y miedo, miedo de una sobredosis de efectos especiales, tan de moda últimamente aunque no vengan al caso. Sin embargo, me pareció que estaba a la altura, aún no me he podido leer el libro de Oscar Wilde, pero la peli esta muy bien llevada, es sutil cuando debe serlo y refleja muy bien el aspecto psicológico del protagonista.


Dirigida por Albert Lewin, esta basado en la novela de Oscar wilde del mismo nombre, trata sobre un joven y apuesto muchacho, Dorian Gray, interpretado por Hurt Hatfield, que llega a Londres tras la muerte de su abuelo para heredar su fortuna. Así conoce a un grupo de mujeres de clase alta de la ciudad, así como a Basil Hallward (Lowell Gilmore) un famoso pintor de la ciudad, quien al ver a nuestro protagonista decide hacerle un retrato.


Más adelante a Dorian se le presentará el irreverente y prototipo de viva la vida de Lord Henry Wotton (George Sanders), quien enseña a nuestro joven Dorian que es importante disfrutar de la vida al máximo y que la belleza física se termina perdiendo. Con estas dudas en la cabeza, y tras ver su retrato Dorian cree que sería maravilloso no envejecer, y que seria menester postrar su alma ante el altar del diablo para ello...


A partir de aquí, y con una muy buena actuación de George Sanders y Lowell Gilmore, como ángel y demonio en el hombro de Dorian, vamos atravesando el cambio de parecer, y las consecuencias psicológicas que le produce el trato con el diablo. Vemos el cuadro en contadas ocasiones, lo que se agradece y añade un punto mas al juego psicológico de la película. Si tengo que citar un detalle que me sobraría, aunque solo se produce una vez en la película, es el exceso de efectos en el cuadro, ya me entenderéis, por lo demás, una gran película. Para mi un 7 en toda regla.

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