Llega un momento en que algunas personas o empresas ya no saben cómo lavar su imagen y al final solo consiguen cagarla aún más. Es el caso de la archifamosa e investigada SGAE. Después del escándalo de corrupción de su antiguo dirigente y con un 99% del pueblo en su contra, han hecho un esfuerzo por agradar, y ¿qué se les ha ocurrido? Pues decir que perdonan, “Como han hecho otras veces en casos de obras benéficas” (JA), a la asociación JMJ (los organizadores de las Jornadas Mundiales de la Juventud) el precio que deben pagar por los derechos de autor de la música que usen.
El problema es que ni esto lo hacen bien. Puesto que en vez de quedar bien (como Dios, chiste malo que tocaba) diciendo que es su manera de contribuir a un acto bla bla bla…se puede leer en El País lo siguiente: La SGAE valoró "exhaustivamente" los contenidos y comprobó que aproximadamente sólo un 10% del programa pertenecía al repertorio integrado en la sociedad: "El otro 90% era de dominio público o música religiosa, generalmente de autores desconocidos". Y después decidió colaborar perdonando el pago de las tasas, que según las mismas fuentes, "son ínfimas, casi anecdóticas". ¡Toma ya! Eso sí, han dicho que los autores cuyas canciones se utilicen recibirán sus cuotas. Soy yo los de las JMJ y pinchaba todo lo que esté en las listas de la SGAE solo por joder…
De todos modos, no sé a quién pretenden engañar, pues no es la primera vez que en un acto benéfico cobran los derechos de autor, o los intentan cobrar. Una sociedad que ha demostrado en innumerables ocasiones lo que es ya no puede cambiar su imagen, y menos con actos simbólicos y mal llevados.
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