miércoles, 17 de agosto de 2011

Héroe de la semana (XVII): Piel electrónica


La ciencia avanza a un ritmo frenético, incluso, a veces, por encima de la imaginación de la gente. Este podría ser uno de los casos. Según he leído en el periódico esta mañana se están haciendo pruebas con una piel electrónica, capaz de leer las constantes vitales del cuerpo, pero sin lo engorroso de los electrodos y el gel. Una muestra de avance tecnológico impresionante, mezclando la electrónica y la biología. El parche electrónico se ha probado ya con éxito a la hora de medir las constantes de corazón, cerebro y músculos, comparando sus mediciones con las clásicas de electrodos. Su potencial en estas funciones queda, por lo tanto, demostrado. Sin embargo los investigadores apuntan todavía más alto y creen que podrá utilizarse el invento para medir la actividad cerebral de un individuo sin los aparatos necesarios en la actualidad. Esto abre la posibilidad de conocer mejor como trabaja nuestro cerebro en el día a día. De momento la piel electrónica tiene una autonomía de 24 horas o algo más en brazos, piernas, cuello, frente, mejillas y barbilla.

Tiene el grosor de un pelo y su estructura en capas permite integrar en ella multitud de componentes electrónicos, entre los que llaman la atención los mini paneles solares. El material del que están hechos es flexible, por lo que se pueden estirar y encoger sin resultar dañados, pero una de las cosas más sorprendentes, al menos para mí lo ha sido, es que no hay que utilizar ningún elemento químico para que se adhiera a la piel, si no que se produce una atracción entre moléculas de la sustancia, quedando una apariencia de tatuaje temporal, incluso puede camuflarse bajo uno. También se puede modificar el diseño para dotar de sensibilidad a las prótesis de las extremidades, aunque no tengo muy claro cómo funciona esto, lo comparan con el tacto que se intenta conseguir que tengan los robots para que puedan pasar la prueba del huevo. Las máquinas deben intentar coger un huevo y manipularlo sin romperlo.

En uno de los experimentos colocaron uno de los parches en la garganta de un voluntario y fue capaz de registrar los movimientos musculares cuando hablaba, lo que daría la posibilidad de ayudar a los enfermos de laringe. Por desgracia la tecnología está en sus primeros pasos y se centrarán, de momento, en la mejora de las comunicaciones inalámbricas y la alimentación, en el campo electrónico, mientras que en el médico se apunta al cuidado de bebes recién nacidos. Aunque mirando más allá, piensan que podrán incorporarse fluidos al aparato para favorecer, por ejemplo, la curación de quemaduras.

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