lunes, 29 de julio de 2013

El destino del caballero

Bajo del caballo extenuado,
Por fin nuestro camino ha terminado,
Al viejo torreón hemos llegado.
Mi más antigua fortificación,
Aquella sin guarnición
Sin comercial o estratégico valor,
Tan solo el sitio de expurgación
Del demonio de mi interior.
Desmonto del animal
Para acercarlo al lago
Y que pueda abrevar.
Me quito de la espalda el escudo,
También la espada,
A lo que voy a enfrentar
Con armas humanas no se le puede dañar.
Hago lo propio con yelmo y coraza,
De nada me servirán.
Alzo la vista,
El cielo negro acaricia la torre
Sabe lo que espera esta noche
La tormenta de mis emociones,
Al alba saldré por esta puerta
O yaceré tras ella.
Será el orgullo mi bandera
O su asta mi pecho atravesará.

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