viernes, 23 de diciembre de 2011

Soñando despierto


Caminando embutido en un abrigo marrón,
Contra el frío del invierno español,
Con destino la oficina de trabajo
Y con la mente totalmente en blanco.

De repente su memoria se activa,
Su cerebro dibuja una silueta,
Informe, cubierta por la niebla,
Que inexorable a él se acerca.

Con las manos en los bolsillos
Y la vista levemente levantada del suelo,
Siente crecer su ansia, en su pecho, muy dentro.

La silueta se va definiendo,
Poco a poco, con paso resuelto.
Él se ha quedado quieto,
Mientras la silueta se va definiendo,
Unas formas de mujer, conocidas,
Por el tiempo, las caricias y los besos.

Las manos salen de los bolsillos
Y la sonrisa aflora en su rostro.
Es complicado de explicar,
Pero el mero hecho de verla
Le hace, de la vida, volver a disfrutar.

Se abrazan en la acera del camino,
Se besan con pasión y desenfreno,
No por una larga separación en el tiempo,
Si no por el simple placer del reencuentro.

Sin embargo todo se disipa
Llegó el final de la fantasia,
Con él, la llegada al trabajo
Y el inicio de una nueva jornada.

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