viernes, 16 de marzo de 2012

11 de Marzo de 2004

Ocho años han pasado,
largo tiempo en el reloj,
cambios en la ciudad, en su estado,
pero no en su corazón.

Corazón que sigue recordando,
a la gente que sin razón
fue robada de la urbe,
la urbe que se estremeció
al ver sangrar su interior.

Dolor hace ocho años provocado,
dolor que no es, ni podrá nunca,
ser de la ciudad y habitantes borrado.

Dolor por el robo de los sueños,
de las esperanzas, los besos,
los enfados y momentos,
que les quedaban por vivir,
a todos los que en esa mañana,
incomprensiblemente murieron.
 

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